Ejercicio siete: FOTOGRAFÍA MONOCROMÁTICA

Voilá.

Este ejercicio trataba de realizar una  fotografía  monocroma,  una imagen monocromática,  modificando sólo elementos externos a la cámara y al revelado,  sin edición digital. Probablemente os estéis diciendo "Éso es trampa, esta foto en dos segundos se puede hacer en Photoshop". Pues, queridos, dejádme contaros una historia... Una historia de fracasos y decepciones, pero también una historia de conseguir tus metas y luchar contra las adversidades y sobre todo contra las fechas límite.

La historia de cómo esta foto nació.

Como estamos en Navidades, mi primera idea sobre cómo hacer la foto fue aprovechar que estaba en casa y utilizar a mi familia como modelos, vistiéndolos de un color concreto en diferentes tonos. No encontramos ningún color común que poder llevar todos. Mi segunda idea fue intentar aprovechar los colores naturales de un paisaje, como un cesped por ejemplo, y fotografiar ahí a una persona vestida de verde... Pero la idea tampoco fraguó. 

Al final, y como mi hermano se había pasado tres años insistiendo se ha portado muy bien este año, los reyes le han traído cinco metros de luces Led azules que tanto quería. Y la foto monocromática se ha hecho prácticamente sola después de eso.

Instalamos las luces sobre su cama, de manera que si las encendías con las persianas cerradas toda la habitación estaba azul. Ya no se necesitó pensar más en los colores de los objetos o la ropa, pues... todo estaba azul. El único problema era buscar una buena idea, algo que mereciese la pena plasmar. Al final, opté por Cold Mess: frío por el color azul, y desordenado porque es como siento mi cabeza muchas veces. Síp, muy adolescente y sentimental, ¿verdad?

Invadí desvergonzadamente la habitación de mis hermanos, y colgué una vieja sábana que podía permitirme estropear. Tras hacer varias fotos de prueba para saber dónde poner las cosas, llené la sábana de palabras, frases y demás cosas que se me ocurriesen con diferentes permanentes. 

Mi familia decidió que tenían mejores cosas que hacer, así que me peleé con un trípode para sacar la foto; y, tras mucho sudor, lágrimas y esfuerzo, la saqué.
Bueno, las saqué. Muchas diferentes, para poder elegir la que más me gustaste.

Y así es como la aventura de la foto monocromática llega a su fin; con la joven consiguiendo mal que bien lo que se le propuso en un principio, y dejando constancia de ello en su blog personal.

Tengo intención de retocar esta imagen con Photoshop, para resaltar más las letras y retocar un par de cosillas más. Pero como éso invalidaría el ejercicio, lo dejaré tal cual aquí.

Nada más que añadir, ¡que tengáis un buen día!